Un viernes por la mañana, cuando
Juanito se despertó quiso colaborar en casa. Sus padres estaban
trabajando y como era de esperarse, seguramente su madre pensaba en
todo lo que tenía que hacer en casa cuando llegara.
Juanito se organizó para poder
organizar las cosas de la casa; hacer las camas, pasar la mopa a las
habitaciones...
Se acercaba la hora del almuerzo y a
Juanito se le ocurrió la brillante idea de ser él quien preparase
el almuerzo ese día. Ya que su abuela le había enseñado la semana
pasada a pelar papas con el pelador, pues el niño decide preparar
papas guisadas.
Cuando ya estaba la comida hecha
llegaron sus padres de trabajar, entraron a la casa y se llevaron una
buena impresión, vieron la casa impecable y la mesa preparada, no
esperaban que Juanito hiciese todo aquello el sólito.
Los padres se alegraron al ver todo
aquello, y lo felicitaron.
A partir de aquel día, Juanito se dio
cuenta que ayudando en casa le hizo ahorrar tiempo a sus padres y le
hizo sentir una satisfacción enorme.